Me puedes hacer las trabanquetas que quieras, chantaje emocional, intentar que me vuelva como no soy, querer que haga cosas que nunca se me ocurrirían hacer en la vida, me puedes poner las trabas más sucias y rastreras que tu abogada te diga, pero no me pillarás nunca.
No quiero tu amistad, ni saber si te va bien o mal, no quiero saber si has cenado, llorado, reído, enamorado, ni tan siquiera que estés saliendo de tu pozo.
Sólo quiero que no me ultilices y menos que nada a tu hijo, eso es lo peor, aún recuerdo cuando siempre decías que no entendías por qué las leyes eran tan injustas para los hombres, y que teníamos todas las de perder sin motivo, y que si patatín y patatán. Qué fácil es hablar sin sentir lo que se dice.
¿Qué te he hecho? La única cosa que me puedes reprochar es que ya no te ame, ¿pero por eso he de pagar todo lo que me estás haciendo sufrir?. Vale ya y vuelve a ser la chica que creía conocer, deja ya de que te coman la olla terceros y cuartos, sé la chica que decía las cosas que creíamos que pensabas, sé tú coño, y deja de hacerme daño, hostias, que no creo que me lo merezca, gira la cabeza y mira todas las cosas que he hecho por tí, las importantes, y pregúntate por qué me haces todo esto, piénsalo y verás que nuestro hijo no se merece que lo uses para presionarme e intentar sacarme de mis casillas.
Todo lo que me decías que nunca harías es lo que estás haciendo, ¿qué coño te pasa? Madura...
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Hace 6 años